Pasear con mi camarita. Otra de mis tantas distracciones. Largos y profundos periplos hacia el origen
mismo de la memoria emotiva…
Paisajes arrasados, tristes, olvidados; huellas implacables de un tiempo ausente
girando sobre los márgenes, en continuo devenir… Misterio latente, esperando la gracia de la
revelación.
Despertar de ese letargo,
Memoria de un sueño heracliteano
Querido Horacio, quizá por lo que muestra esta imagen o por lo que cuentan de vos esas palabras, me llevo... con tu permiso... un par de tus fotos para nutrir y tener presentes en mi blog.
ResponderEliminarAbrazo, como siempre!