sábado, 17 de enero de 2015

ANSELM KIEFER





Si bien se enmarca en las inquietudes estéticas de la segunda generación de expresionistas alemanes (la corriente iniciada por el gran Georg Baselitz), su obra va  más allá de afinidades estéticas, buceando a lo largo de varios siglos de historia y tradición germana en pos de aclarar aspectos del presente o tal vez del pasado más reciente; los llamados “males de la cultura”.
Para esto retoma el carácter provocador de su más preciado mentor, el genial  Joseph Beuys; incorporando a sus obras materiales como paja, fieltro, brea, alquitrán, yeso y  flores que quema con ácidos y fuego, elementos que son imprescindibles para comprender el inagotable universo simbólico de Anselm Kiefer.
Su universo de representación no es menos desdeñable; bosques quemados, fábricas abandonadas o enigmáticos interiores que hacen referencia a la arquitectura de Albert Speer (arquitecto y ministro de armamentos de Hitler), tratados a través de complejas perspectivas (en algunos caso ligeramente falseadas), actúan en consonancia con un sistema de voces múltiples que incluyen la poesía de Paul Celan o citas de Holderlin, entre otras fuentes literarias.
También ha realizado complejas instalaciones en las que hace uso de restos de armamento militar, además de impactantes series fotográficas.
Una de las mentes más brillantes de nuestro tiempo, una muestra de Kiefer no es una tarea fácil; requiere de mucho esfuerzo para comprenderla apenas someramente.



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