lunes, 31 de enero de 2011

WASHINGTON CEMETERY, BROOKLYN


Avistamiento del impresionante Washington Cemetery de Brooklyn desde el tren, durante nuestro viaje hacia Coney Island. Una pintura inundada en los verdes pálidos, los ocres y los grises ceniza de esta extensión que parecía no tener fin. Una implacable huella en la cabeza de todo mortal.

2 comentarios:

  1. Hola, Horacio.
    Lo que se me ocurre a partir de tu memento mori es que los viajes son una forma magnífica que tenemos de tratar de alejarnos de la muerte y sus fantasmas. A veces olvidamos que aun en esas situaciones vivimos cerca de sus jardines, vale recordarlo, pero para seguir celebrando ese inmenso aire vivificador que provocan los viajes y el contacto con gentes y situaciones inesperadas y transformadoras. Y sí, hoy puedo decir que el viaje es una experiencia que hace madurar y comprender más ese mundo del afuera que nos inspira temores pero que a la vez guarda tanto de lo que buscamos todos los días y que creemos poder definir como "respuestas". En este blog veo y leo mucho de ese crecimiento, no es casual que tus relatos e imágenes de viaje se crucen todo el tiempo con las imágenes de tu viaje interior y artístico.
    Un abrazo.
    Germán.

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  2. Pulsión de vida y de muerte...Placas que se mueven... Viajes que hay que hacer con la sencillez de un peregrino, transitando esa zona media, indescriptible, que nos proponen las imágenes en pos de nuevas experiencias personales, interiores, profundas...
    Uno ya no vuelve a ser el mismo.

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