sábado, 8 de enero de 2011

EL CÍRCULO DE LA DEPRESIÓN


Uno de esos días… Una depresión terrible, de esas que calan hondo. Suena el teléfono. Es mi primo. Le comento acerca de mi estado y que será difícil deshacerme del bajón. Me sugiere un viaje pendiente a Santa Clara del Mar, lugar que guardamos en el afecto desde hace un tiempo. La idea no está mal. Es difícil deshacerse de una depresión, la opción inmediata es “cerrar el círculo”. Al rato estamos en la ruta y es el primer paso de "nuestro plan".
El viento golpea la cara. Se siente bien. El viento en velocidad en la ruta. Allá en la lejanía nubes plomizas en ciernes sobre nuestro destino. Los ecos desesperados, las notas agónicas de ese pueblo condenado a permanecer. Sus parajes desolados, las playas vacías y las huellas amargas en la boca de esa increíble cerveza artesanal, a mi parecer, la mejor que se fábrica por estos pagos.
Todo va cerrando. Ya en Santa Clara, en el parador a metros de la playa nos esperan dos stouts frías, sumamente necesarias para poner el clima adecuado a nuestro merodeo por la costa. Estas notas amargas, tan imprescindibles en una buena cerveza, marcaran el pulso del viaje y el matiz del encuentro.
Tal como lo había imaginado, una playa totalmente calma, un cielo plomizo dibujando suavemente las formas. El mar en calma. Desolación total. Sólo algunos  perros; enfermos los pobres, caminando de costado; como gárgolas. Uno de los tantos pretextos para estar en el lugar adecuado, en el momento adecuado. Una tarde que transcurrió en la quietud, en la contemplación, en las huellas de un silencio casi doliente, con las notas amargas de la stout y la red del Corsario. Habíamos cerrado el “círculo de la depresión”.
Ya de vuelta en casa, satisfecho, me recosté y me quedé plácidamente dormido. Soñé con un perro que deambulaba, en una playa vacía, quebrando todo su cuerpo al caminar en alaridos de dolor...


2 comentarios:

  1. Esos momentos suceden y son inevitables… hasta quizá sean necesarios… No hay mucho que decir, simplemente sepa que puede contar con los amigos. Abrazo, Horacio.

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  2. Gracias Fernando; nada que no se pueda superar, o canalizar de forma creativa. Son estados que muchas veces conforman el adn del artista o el que aspira a serlo, como es mi caso. Hay que ver que se hace con ellos...
    En realidad, me preocupó que el relato tuviera un clima particular, que sobre la experiencia personal empezaran a aparecer otras capas, como un entramado hecho del delicado tejido de los sueños.
    Un abrazo y que tengas un muy buen año.

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